El jardín Zen

El jardín Zen: la idea de relajarse de forma ecológica

Jardín zen. Cosas. Historia. Elementos principales. Cómo crear un jardín zen. Beneficios. Precios.

El jardín Zen es el ejemplo perfecto de la fusión entre la filosofía oriental y el arte de la jardinería, constituyendo un lugar de meditación y reflexión interior, tanto en la creación como una vez terminado y cuidado en cada detalle.

La cultura oriental, y en particular la japonesa, se ha ido abriendo camino en el corazón y la mente de las personas en los últimos años, en virtud de ayudar al ser humano a cuidarse mejor, meditando pero sobre todo encontrando el tiempo para relajarse.

Jardín zen: historia

La existencia del jardín Zen se remonta a la antigüedad, cuando los japoneses tendían a recrear pequeños paisajes naturales.

Desde el principio, el objetivo de la obra estuvo marcado por la meditación y la contemplación, ya que cuidar algo recreado con las propias manos ayudaba al hombre a relajarse y meditar.

La palabra Zen significa visión y nada mejor que imaginar la naturaleza de acuerdo con los deseos de uno puede ayudar a la persona a encontrar la paz interior.

Elementos principales del jardín zen

El jardín zen perfecto se compone de algunos elementos con un fuerte significado simbólico.

Veamos cuáles son:

  • Agua: es el símbolo de la vida, representada por su fluir. En los jardines zen fluye de este a oeste, recordando la salida y puesta del sol o deteniéndose en el estanque si está insertado.
  • Piedras: se colocan en la esquina del jardín donde hay paz y serenidad. Generalmente de forma redondeada, deben enterrarse como símbolo de estabilidad. Cuando, en cambio, se colocan en el estanque, representan los obstáculos que el individuo encuentra en su vida.
  • Plantas: a través del cultivo de plantas cuidas tu alma. Las plantas más comunes son el helecho y el musgo.

Cómo crear un jardín zen

Un lugar de reflexión y paz interior, crear un jardín zen requiere tranquilidad y sencillez en la elección de los materiales. Primero debes pensar en el tamaño que quieres que tenga, por lo que una valla de madera será el elemento que te permitirá encerrar esta área, diferenciándola del resto del espacio que rodea la casa.
En caso de que pueda utilizar verde, naturaleza.

Comenzando con un modelo básico, necesita obtener mucha arena y grava, preferiblemente de color blanco para que refleje la luz solar. Utilizando un rastrillo de jardín clásico, se puede trabajar y cuidar la disposición de la arena, pasándola suavemente y dibujando las formas geométricas, que recordarán el movimiento del mar, y por tanto sus olas. Las rocas, en cambio, recuerdan las montañas.

Si las más grandes se van a colocar en las esquinas, con el lado más largo hacia arriba, las rocas más redondeadas se colocarán en el perímetro o cerca del estanque o fuente, si el espacio lo permite. Las piedras planas se colocarán en el suelo para hacer el camino, hacia la zona con agua o hacia la salida del propio jardín, mientras que musgos o pequeñas plantas serán el adorno.

Un banco de madera, acogedor para dos personas, será un complemento ideal, mientras que las pequeñas velas en los jarrones especiales te permitirán visitar el jardín zen por la noche, para la última meditación del día. O bien, creado apilando las piedras de forma ordenada y colocando una losa encima, se obtendrá un asiento aún más característico.

Beneficios de un jardín zen

Crear un jardín zen, tanto en miniatura como en el espacio disponible en el césped de la casa, tiene como objetivo cuidarse a través de la actividad física de la jardinería.
Concentrarse en cómo y dónde colocar las piedras, colocando una pequeña planta o una fuente, permite que el individuo se relaje, meditando mientras realiza un trabajo manual que lo relaja y relaja su mente, alejándose de las presiones cotidianas.

A diferencia de quienes cuidan el jardín pensando en el esfuerzo de recoger hojas, sembrar o regar con regularidad, el arte zen no tiene como objetivo el sacrificio.
Colocándose fuera del perímetro varias veces durante las fases de trabajo, medita en lo que está haciendo, para su satisfacción personal.
La elección de la arena blanca no es casual: el reflejo que se genera al iluminarse por el sol da luminosidad al entorno.

Jardín zen: precios

Crear un jardín zen es sin duda una opción económica en comparación con los espacios verdes tradicionales.
El precio final depende obviamente del tamaño que quieras hacer y de los elementos que quieras insertar.
En términos de cantidad, el precio de catálogo de la arena y la grava es de unos 10 € por metro cúbico y 15 € por metro cúbico, respectivamente.

Moss, cuando se compra en una tienda de jardinería, cuesta alrededor de 2,80 € por una bolsa de 100 gramos.
Por otro lado, las rocas y piedras se encuentran fácilmente en el bosque, en medio de la Naturaleza, pudiendo elegir las formas y tamaños a voluntad cerca de las orillas de los arroyos, donde la fuerza del agua los suaviza perfectamente.

Jardín zen: alternativas para el hogar

Cuando, por el contrario, falta espacio, pero queda el placer de tener una actividad que facilite la relajación, las soluciones de los modelos de mesa en miniatura vienen muy bien.

Comprables en tiendas y online en sitios de comercio electrónico, con unos 20 euros puedes encontrar modelos agradables, para cultivar, por así decirlo, en casa.

Los modelos más caros, incluida una estatua de Buda en miniatura y fuentes que funcionan con baterías, tienen precios que son definitivamente asequibles para todo, a la venta en torno a los 70/80 euros.

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